Tag: <span>Lucia Ames Mead</span>

women Apelaciones

Las mujeres y el gobierno mundial.

Ciudadanos del mundo: las mujeres estadounidenses y el gobierno mundial. (Filadelfia. University of Pennsylvania Press, 2022, 238 págs.)

Como Lucia Ames Mead, una de las nueve mujeres destacadas en este estudio, escribió en 1904:

“No está muy lejos la década en que encontraremos que el organismo más grande al que le debemos lealtad no es Estados Unidos, sino el gran mundo: somos ante todo ciudadanos del mundo, ante todo miembros de la humanidad”.

Entre 1900 y 1950, muchas mujeres políticamente activas en los Estados Unidos abogaron por una mayor integración geopolítica para poner fin a la guerra. Argumentaron que la creciente interdependencia global exigía tanto la cooperación gubernamental como un compromiso más amplio con la comunidad internacional.

Todas estas mujeres apoyaron y trabajaron para varias medidas para promover el estatus político, legal y económico de las mujeres. Todos creían que las mujeres tenían el derecho y la responsabilidad de participar en el escenario mundial en igualdad de condiciones con los hombres. Sentían una responsabilidad con la gente del mundo y con las generaciones futuras de inaugurar mecanismos que pusieran fin a la guerra.

 
 
 

Megan Threlkeld.

Como enfatiza Megan Threlkeld; estas nueve mujeres no estaban simplemente promoviendo un sentido abstracto de unidad entre toda la humanidad. Exigían participar en la formación de una política global real y tangible.

Creían que un organismo internacional estructurado con autoridad y poder era un requisito previo para una paz duradera entre las naciones y una mayor igualdad entre los seres humanos. Muchos apoyaron a la Liga de las Naciones y luego a las Naciones Unidas como primeros pasos necesarios hacia un gobierno mundial genuino.

Como escribió Conor Cruise O’Brian en The U.N. Sacred Drama:

“La Asamblea General es el foco principal del poder que reside en las Naciones Unidas: poder moral, imaginativo y religioso. No es que la Asamblea sea, en sí misma, especialmente moral, imaginativa o religiosa, sino que las cualidades humanas correspondientes actúan y a través de de formas sorprendentes e impredecibles”.

Las nueve mujeres creían que el objetivo principal de cualquier institución internacional era poner fin a la guerra y, como ciudadanas del mundo, eran responsables de promover ese objetivo. Querían un sistema global en el que la política mundial no se lleve a cabo mediante la fuerza y la coerción, sino mediante la negociación y el compromiso.

Todos pusieron énfasis en la educación para la ciudadanía mundial. Fannie Fern Andrews desarrolló un plan de estudios de escuela primaria para la ciudadanía mundial basado en educar a los niños sobre sus responsabilidades en el hogar, la ciudad, la nación y el mundo.

El excelente estudio de Megan Threlkeld es un fuerte recordatorio de que la ciudadanía mundial ha conservado su tremendo poder para inspirar a las personas a desarrollar prácticas justas y pacíficas.

 

René Wadlow, Presidente, Asociación de Ciudadanos del Mundo.

 

Creditos: 

Imagen Destacada: El martes 14 de noviembre de 2017, el embajador Robert P. Jackson ofreció una recepción para ex alumnas de Fortune-U.S. Asociación Global de Mentoría de Mujeres del Departamento de Estado. Por la Embajada de EE. UU. en Ghana, Dominio público, a través de Wikimedia Commons.

Aquí hay otras publicaciones que pueden ser de su interés.

1 2 13
women Appeals

Citizens of the World: U.S. Women and Global Government.

Citizens of the World: U.S. Women and Global Government. (Philadelphia. University of Pennsylvania Press, 2022, 238 pp.)

     As Lucia Ames Mead, one of the nine women highlighted in this study, wrote in 1904:

“The decade is not far distant when we shall find that the largest organism to which we owe allegiance is not the United States, but the great World – we are first of all citizens of the World, first of all members of humanity.”

     Between 1900 and 1950, many politically active women in the United States advocated for greater geopolitical integration in order to end war.  They argued that increasing global interdependence demanded both governmental cooperation and a broader commitment to the international community.
 
     All these women supported and worked for various measures to advance women’s political, legal and economic status.  They all believed that women had a right and a responsibility to participate on the world stage equally with men.  They felt a  responsibility to the people of the world and to future generations to inaugurate mechanisms that would end war.
 

 
 
 

Megan Threlkeld.

     As Megan Threlheld stresses these nine women were not simply promoting an abstract sense of unity among all humankind.  They were demanding to participate in shaping a real, tangible global polity. 
 
A structured international body with authority and power was a prerequisite, they believed, for lasting peace among nations and greater equality among human beings.  Many supported the League of Nations and then the United Nations as necessary first steps toward a genuine world government.
 
 
     As Conor Cruise O’Brian wrote in The U.N. Sacred Drama:
 

” The General Assembly is the main focus of such power as does reside in the U.N. – moral, imaginative, religious power.  Not that the Assembly is, in itself, especially moral, imaginative or religious,  but that the corresponding human qualities act and through it, in surprising and unpredictable ways.”

     The nine women all believed that the foremost purpose of any international institution was to end war and as world citizens they were responsible for furthering that goal.  They wanted a global system in which world politics is not conducted by force and coercion but through negotiation and compromise.   
 
All placed an emphasis on education for world citizenship.  Fannie Fern Andrews developed a grade-school curriculum for world citizenship based on educating children about their responsibilities in the home, the city, the nation, and the world.
 
     Megan Threlheld’s fine study is a strong reminder that  world citizenship has retained its tremendous power to inspire people to develop just and peaceful practices.
 
 
  René Wadlow, President, Association of World Citizens.
 

Credits: 

Image Featured: On Tuesday, November 14, 2017, Ambassador Robert P. Jackson hosted a reception for alumnae of the Fortune-U.S. Department of State Global Women’s Mentoring Partnership. By U.S. Embassy Ghana, Public domain, via Wikimedia Commons.

Here are other publications that may be of interest to you.

1 2 13